lunes, 6 de mayo de 2013

Flor texao Arequipeña esta desapareciendo por la actividad humana


La flor de la identidad en el valle de la decadencia


Elemento Mistiano. Melitón Chávez coge flor de texao. Este es el emblema de Arequipa y crece en campiña local. Tiene cuatro colores de variedad.
Elemento Mistiano. Melitón Chávez coge flor de texao. Este es el emblema de Arequipa y crece en campiña local. Tiene cuatro colores de variedad.
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Flor de texao. En el valle de Chilina crece el capullo emblemático de la Ciudad Blanca. La planta no tiene tallos y gatea por los muros de la andenería. Esta brota en una campiña que cada día muere por el voraz avance del apetito de las inmobiliarias. A pesar de las tentaciones, los agricultores no abandonan sus tierras.
Efraín Rodríguez Valdivia.
Arequipa.

Un estrecho camino de piedras y tierra es el sendero hacia Chilina, un valle ubicado al este de Arequipa, a quince minutos del Centro Histórico. El río Chili corta en dos el paisaje agrícola poblado de árboles de molle, eucalipto, canteras de sillar y andenes que doman las pendientes aprovechadas en la agricultura. Abarca tres  distritos: Yanahuara, Cayma y Alto Selva Alegre, y se expande en diez kilómetros.
Hay una misión: encontrar la flor del texao. Ese mítico botón de pétalos que florece indistintamente en rojo, amarillo, naranja o granate. Crece entre los cultivos o cerca al afluente Chili.
Eduardo Ugarte y Chocano, presidente de la Asociación de Defensa y Protección del Centro Histórico de Arequipa (Asdeproa), señala que su capullo fue elegido por los arequipeños como uno de los emblemas de la Ciudad Blanca a inicios de la República y comienzos del siglo XIX. "Esta solo brota en la campiña local. La Corona Española nominó a la flor de liz para Arequipa, sin embargo, los mistianos eligieron el texao", indica.
Como prueba de arequipeñismo, las picanterías asentadas al pie del volcán la ponen en las mesas como adorno. Para hallarla se debe atravesar el valle de Chilina y descender hasta las riberas del torrente. El descenso al río alterna entre ancho y delgado por tramos mientras se avanza. Es difícil seguir. Las propiedades privadas de los fundos impiden el paso a los caminantes. Entonces aparece Melitón Chávez, un ingeniero agrónomo, un sexagenario hombre soltero que se ofrece como guía. Este vive en el valle de Chilina hace 50 años. 
Melitón Chávez es propietario de parcelas. Ahora plantó alfalfa. Camina por la andenería y remueve los cultivos para buscar al texao. Narra que la flor es pentámera, con cinco pétalos. "Es salvaje y fuerte. Algunos las arrancan y la depredan", señala. 
Anda sigiloso y observa las plantaciones. Suspira y dice: "Los agricultores de esta zona estamos fregados. La productividad es baja. Falta tecnificación. Podría ser más potente este valle agrícola". Prosigue su paso y cuenta que el valle fue una zona agrícola importante. "Se plantaban cultivos de pan llevar, hortalizas y se desarrollaba un sector ganadero y lechero. El río no estaba enfermo", afirma. Sus reflexiones son las mismas de muchos agricultores de la campiña arequipeña.
Según los colectivos Yunta y Arequipa por su Campiña, la contaminación de la cuenca es uno de los principales problemas. En este tramo hay altos niveles de contaminación de aluminio. Mientras la cuenca avanza a la ciudad, recibe 16 mil coliformes fecales por 100 mililitros.
El Estándar de Calidad de Agua es mil coliformes por 100 mililitros. Además, en los próximos años se construirá un puente de 500 metros que llevará el nombre del valle y que indiscutiblemente afectará el panorama. Gustavo Delgado, coordinador de la Autoridad Regional de Ambiente, señala que no hay estudios para el impacto visual. Melitón Chávez se abre paso y encuentra el texao acurrucado en una maleza de hojas verdes en la caída de una andenería. La levanta y la observa. Afirma que los agricultores seguirán viviendo en el valle como el texao: fuertes a pesar que otros traten de depredarlos

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